El mítico manzano de Cambridge

La historia popular se construye con anécdotas. El turismo de masas alienta lo trivial. En el pequeño jardín de la puerta del Trinity College se ha plantado un manzano que dicen descendiente del que dio sombra a la siesta de Newton. Una manzana cae y … zas, don Isaac dice que ha descubierto la gravedad.

Ni la historia de la manzana es verosímil, ni el manzano tiene más relación con otros que el código genético. Un Newton muy joven aprovechó una de las epidemias de Cambridge para reflexionar en su villa rural sobre asuntos que le llevará redactar varias décadas, pero lo esencial de la gravitación y el cálculo de fluxiones ya estaba fraguándose en el retiro campestre.

Desmitificación aparte, merece la pena exponer una curiosidad de mayor calado: Newton, el profesor del Trinity fue antitrinitario. Newton era religioso, pero su cristianismo estaba más cerca del arrianismo que de la iglesia oficial.

Un viajero matemático encontrará en el bucólico Cambridge el sosiego de la Universidad más galardonada del mundo.

Una respuesta to “El mítico manzano de Cambridge”

  1. Teresa Cabarrush Says:

    » Las pesonas especiales siempre han sido algo atípicas y poco entendibles, dificiles de convencer y no aceptan tantos dogmatismos, se desvinculan en cierta manera de lo generalmente establecido, podrán aceptar algo de lo general pero no todo en su totalidad, así es la Universalidad de la mente y la personalidad».

    ¿ Reside la originalidad en la no aceptacion de todo?

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