Los matemáticos en el Museo Carnavalet de París

El Museo Carnavalet es el museo histórico de París y su museo más antiguo (1880). La historia de París tiene por fuerza que incluir a sus sabios, les savants, los que marcan la hegemonía cultural durante la ilustración.

Señalamos tres pinturas de matemáticos del siglo XVIII: D´Alembert, Condorcet y el abate Nollet. 

Jean le Rond D’Alembert (1717-1783) fue codirector de la Enciclopedia, autor de su Discurso preliminar y eminente matemático en el desarrollo del análisis. Su retrato (1777) es obra de Catherine Lusuriers. El sabio aparece en un descanso de una redacción y con un globo sobre la mesa de escritura.  

Marie-Jean-Antoine Nicolas de Caritat, marqués de Condorcet (1743- 1794). Matemático sobresaliente en varios campos, entre otros el análisis político. Voltaire le consideraba el  filósofo universal. Final trágico para un impulsor y víctima de la revolución.

Jean Antoine Nollet (1700-1770) destacó sobre todo por sus tratados y experimentos físicos. El retrato (1740) es obra de Jacques de Lajoue. El abate es representado en su ambiente de trabajo con un gran globo, un reloj de sol prismático y un modelo del sólido de Kelvin (octaedro truncado).

Instantánea sobre las “Alegorías matemáticas en los relojes”

Las Instantáneas Matemáticas se estuvieron publicando en el portal “DivulgaMAT” de la Real Sociedad Matemática Española durante una década. Al dejar de actualizarse hemos decidido mantener la frecuencia mensual de edición y hacerlo directamente aquí en Turismo matemático.

Continuamos con la Instantánea 103  del mes de mayo de 2024 y que se ha dedicado a las Alegorías matemáticas en los relojes.

El reloj mecánico llegó a convertirse en una imagen del mundo, Díos mismo era convertido en el Gran Relojero del Universo. La misma filosofía se hace mecanicista. La matemática impregna el reloj. Se ha considerado al reloj solar como una aplicación de la geometría y la astronomía, mientras el reloj mecánico lo sería de la aritmética. El dispositivo solar es analógico, mientras el mecánico deriva de los saltos discretos de sus engranajes que fraccionan.

La deuda de la relojería con la matemática se puede observar de forma explícita en las alegoría que decoran los relojes más lujosos. Mostraremos algunas de ellas.

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Matemáticos en el Père Lachaise (París)

Sucesivas ampliaciones hacen del Père Lachaise el cementerio más cargado de la memoria de París; allí se encuentra desde su inauguración en 1804 buena parte de la historia de los siglos XIX y XX.

El camposanto es hoy un lugar muy abigarrado con sepulturas que en muchos casos dejan poco espacio entre sí. Se ofertan visitas temáticas organizadas y hay un recorrido para ver las tumbas de las personas más populares, músicos, literatos, pero ninguna de la lista parece muy interesante para la matemática.

El cementerio civil de Madrid nos enseña el simbolismo matemático de la masonería con su escuadra y compás, mientras el Père Lachaise se limita casi siempre a la columna partida, sin los instrumentos.

Tampoco las tumbas de los grandes matemáticos destacan por sus figuras, fórmulas o referencias. Como muestra y muy accesible tenemos el gran mausoleo de Monge en un sitio de honor, la plaza de Casimir Perier.

Poncelet y Aragó los encontramos en la amplia avenida del Monumento a los Muertos. Un reto feminista es encontrar la sepultura de Sophie Germain.

En un paseo de dos horas la mayor simbología matemática fue el mausoleo moderno de un charlatán, un autodenominado sanador telúrico y litoterapeuta: una pila de icosaedros con supuestas propiedades astrales. La matemática también puede ser usada para la superchería.

Reconfortémonos junto al muro de los comuneros, lugar trágico donde fueron fusilados 147 luchadores de la Comuna de 1870.

Monumento a Jorge Juan en Madrid

En 2014 se inauguró en la Plaza de Colón de Madrid un modesto monumento a Jorge Juan, próximo a la calle que se lleva su nombre y al Museo Arqueológico Nacional. 

Un gran ancla y una pequeña esfera armilar mutilada recuerdan al ilustre marino con una inscripción dedicada al “sabio español” que dominó la cartografía, las ciencias matemáticas y las humanidades. 

La sencillez no deja de provocarnos la rememoración de tres momentos de feliz encuentro de la matemática con la navegación: los portulanos mallorquines del siglo XIV (Abraham Cresques, Anselmo Dulcert,…), los grandes del arte de navegar del siglo XVI (Pedro Medina, Martín Cortés o Rodrigo Zamorano) y el brillante siglo XVIII con las escuelas de guardiamarinas que dan lugar a figuras tan destacadas como Jorge Juan, Antonio de Ulloa, Mendoza y Ríos, Gabriel Ciscar o José de Mazarredo.

La expansión aragonesa/catalana por el Mediterráneo primero y la conexión con América después necesitaron recursos matemáticos tanto cartográficos, astronómicos o de instrumentación. Tras el pesado ancla hay mucha actividad científica.

París con matemática Prudencia

La representación alegórica de la Prudencia se puede hasta confundir con la de la Geometría, la Astronomía e incluso con la Lógica. Un compás, una serpiente, un espejo o una esfera armilar dan lugar a esa mezcla de las virtudes y la matemática.

La representación conjunta de las siete virtudes y las siete artes liberales se ha hecho desde el medioevo. El contacto parece culminar en esta simbiosis donde la prudencia requiere orden y medida.

Dos bellos recipientes cerámicos italianos de los museos de París muestran la alegoría de la Prudencia con compás: un tarro de farmacia del Louvre y un plato del museo de Sevres.

El tarro es de procedencia italiana (siglo XVI) y muestra a la virtud elegante sentada mirándose en su espejo y exhibiendo un compás.

El plato (1540) es de cerámica vidriada de Casteldurante (hoy Urbina), representa a la virtud de pie y también con espejo y compás.

Ya habíamos puesto de manifiesto que en el museo de Ecouen hay una tercera representación cerámica en un gran medallón liones. A la Prudencia matemática le dedicamos la Instantánea 62: 

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Museu do Relogio en Serpa

La bonita ciudad amurallada de Serpa tiene al Museu do Relogio entre sus atractivos. El coleccionista Antonio Tavares abrió al público su colección en 1995 con más de 2500 piezas en el Convento do Mosteirinho. El museo se ha extendido a Évora.

Se exhiben relojes desde el siglo XVII al XXI en su gran mayoría mecánicos pero con alguna representación de solares, de vela o de aceite.

Muchas alegorías de la Aritmética muestran un reloj mecánico en su mano por considerar que las fracciones eran la base de la construcción de sus ruedas, como los solares eran parte de la Geometría.

No faltan cronómetros marinos, los que resolvieron el problema de la longitud de los marinos o el reloj Breitling para pilotos con regla de cálculo logarítmica para la aviación.

La exposición tiene el detalle de mostrar los talleres con sus múltiples herramientas pues el museo repara y vende relojes.

Saudade matemática en el “Conservatoire des Arts et Métiers” de París

Hay entradas cuya elaboración nos cuesta especialmente. Los sentimientos amargos que se pueden sufrir en un sitio tan emblemático como el Conservatoire National des Arts et Métiers nos paralizan. ¿Cómo transmitirlo? Ante la dificultad tenía aparcada la expresión de lo emotivo que puede resultar visitar algunos lugares. Ha tenido que ser la Exposición del Centenario de Betancourt la que ha espoleado la escritura y no precisamente como pensaba. 

El cíclico tejer y destejer de la ciencia en los pueblos hispanos tienen en el templo de París un lugar privilegiado para su rememoración.

Cuatro son los momentos con los que sentimos (¿padecimos?/¿disfrutamos?) la saudade en el Conservatoire: los gabinetes de máquinas, el astrolabio náutico sevillano de Gutiérrez, la multiplicadora directa de Bollée y el reloj astronómico Astrario de Dondi. Con ellos ilustramos la entrada.

Para exponer los sentimientos hemos necesitado un escrito algo más largo. La maldición de Sísifo parece haberse arraigado en la Península Ibérica: hay que volver a empezar una y otra vez.

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Ocho siglos de azulejos en Estremoz

Ochocientos años de Historia del Azulejo es el título de la exposición permanente del Museo Berardo en Estremoz. El Palacio Trocha, que alberga la exposición conserva su escalera y salones con los azulejos de época, es el marco digno para una riquísima colección que partiendo de la cuerda seca sevillana recorre la evolución hasta nuestros días del arte azulejero. El museo no defrauda pues superará todas las expectativas.

El mecenas del museo ya nos había sorprendido con la colección de azulejos que decoraban las bodegas Bacalhôa de moscatel de Setúbal. 

Los juegos geométricos hacen tanto la delicia como las escenas de azul cobalto de galanteos o caza.

Señalamos solo tres paneles: uno cósmico, una alegoría de la Óptica y uno astronómico.

El panel cósmico se fabricó en 1947 por la fábrica Lusitania y fue diseñado por Frederico George para una tienda: se observa el zodiaco en una esquina y en la opuesta la esfera armilar portuguesa.

La alegoría femenina de la Óptica tiene un telescopio y un espejo: dióptrica y catóptrica.

Incluimos el panel del Sol, uno de los dedicados al movimiento de los astros de Nicolau de Freitas a inicios del XVIII.  

El detallado catálogo del museo –casi ochocientas páginas- es descargable gratuitamente: https://museuberardoestremoz.pt

El Museo Curie en París

El laboratorio donde se descubrió el radio (Ra) tras el enorme trabajo de separación realizado por Maria Salomea Skłodowska y Pierre Curie fue un cobertizo. El laboratorio donde después se trasladaron es hoy un museo situado en la calle que lleva sus nombres. La recientemente inaugurada Maison Poicaré -museo de las matemáticas- se encuentra a pocos metros dentro del mismo recinto universitario.

Los Curie formaron una saga científica y además comprometida con la justicia social. El museo es modesto como lo es el laboratorio y sus despachos.

El enorme impacto que tuvo el descubrimiento del radio en 1898 se pone de manifiesto en todos los productos que presumían de radiactividad, ¡qué tiempos!

La primera profesora de Escuela Normal Superior de París fue también la primera enterrada en el Panteón. Henri Becquerel había descubierto casualmente la radiactividad de las sales de uranio en 1895, los Curie añadieron qué también era radiactivo el torio y que había otro nuevo “elemento” más: el radio. Los cálculos manuales para determinar la masa atómica del elemento 88 se muestran: 223,3 en las notas manuscritas frente a los actuales 226 (hay isótopos 223, 224, 226 y 228).

Exposición sobre Agustín Betancourt en Madrid

La Biblioteca Nacional de España inauguró el pasado 6 de marzo la exposición sobre el ingeniero canario Agustín de Betancourt (1758-1824) con motivo de su segundo centenario de su fallecimiento en Rusia. La muestra se clausurará el 19 de mayo de 2024.

Betancourt fue fundador de la primera y corta etapa de la Escuela de Ingenieros de Caminos siguiendo el modelo de la Politécnica francesa. La exposición hace referencia explícita al carácter cosmopolita de quien recibe el encargo de estudiar los avances mecánicos y científicos de Francia e Inglaterra al objeto de modernizar la atrasada España.

La exposición tiene una parte muy dolorosa: el Real Gabinete de Máquinas. Durante años Betancourt y sus colaboradores construyeron 271 maquetas de máquinas, dibujaron 361 planos y redactaron 91 memorias. No se ha conservado ninguna de esas máquinas que en 1792 se depositaron en el Palacio del Buen Retiro provenientes de Francia y tras varios traslados fueron desapareciendo. Solo nos queda la triste Memoria (1794) de Joaquín López Peñalver y las bellas descripciones de Bartolomé Sureda.

En la exposición podemos ver libros, instrumentos y maquetas. Destacamos dos detalles de interés: se muestra la presencia femenina ilustrada con motivo de la participación de una hermana de Betancourt en la Sociedad de Amigos del País de Madrid; y por otra parte se exhibe un grabado dibujado por Goya y dedicado al ingeniero matemático Carlos Lemaur con abundantes instrumentos, como una pantómetra.

Se muestra una pintura de Joaquín Esteve que representa a Joaquina Téllez-Girón (1798) con un globo terráqueo: las mujeres abriendo camino en ciencia pese a los obstáculos.