¿Puede ser un hueso marcado -con más de 9000 años de antigüedad- la cuna de las matemáticas?
Los análisis llevan la datación del hueso congolés a casi 22000 años. La polémica está servida. ¿Pone de manifiesto el hueso unos conocimientos de matemáticas abstractas en números primos (o/y calendario lunar, o/y duplicación)?
¡Qué escándalo! En pleno África negra, y hace tanto tiempo se podía estar haciendo matemáticas. No hace muchos años el hijo de John Desmond Bernal profundizaba en las raíces africanas de Grecia como vacuna contra el euro-centrismo. Solo para bajar los humos coloniales merece estudiar a fondo la gran contribución de los pueblos hoy periféricos a la cultura.
El hueso ha permitido a los etno-matemáticos hacer excelentes trabajos que están disponibles en la red.
El Real Instituto de Ciencias Naturales de Bruselas exhibe este importante testimonio (¿crucial?)