El Renacimiento exige al artista el dominio de la matemática. El platero Juan de Arfe (1535-1603) es la muestra más notable por estas tierras.
El mismo Juan nos explica lo que debe conocer un platero: aritmética, geometría, astrología, dibujo, anatomía , arquitectura, perspectiva y pintura. En términos parecidos escucharemos a Cervantes en palabras de don Quijote para la ciencia del caballero andante.
Cuando se contempla la inmensa custodia de la catedral de Sevilla no se nos ocurre que Juan de Arfe utiliza proporciones precisas para su construcción: la proporción dupla sexquialtera, dividir en cinco y tomar dos desde la base.
El platonismo y el pitagorismo se han convertido en la expresión de la belleza: las fracciones dominarán la música y el resto de las artes.
Encontraremos otras custodias de asiento del autor en las catedrales de Avila, Valladolid, Burgo de Osma y en Santa Cruz de Toledo. La plata americana es en Génova enterrada pero muchos kilos se dedican a estas inmensas custodias.
Reproducimos una página de su tratado Varia Commensuracion: