No tan deslumbrante como La encajera del mismo museo, la obra de Johannes Vermeer refleja el mismo ambiente de estudio y éxtasis que el geómetra de Frankfurt. Al astrónomo hay que retratarle sumido en sus reflexiones. Recuerda mucho el grabado del sabio en meditación de Rembrand.
Una vez más impresiona la luz de la ventana recogida por la cámara oscura y terminada con mano magistral por el pintor de Delft
Es una pena que las dimensiones sean pequeñas para apreciar las reproducciones de la pared, el dibujo de las tablas astronómicas, el astrolabio plano de la mesa o el compás al lado del libro.