Cada ciudad tiene sus iconos: Paris, la torre Eiffel; Bruselas, el Atomium; Londres, el Big Ben; Roma; el Coliseo y el de Madrid quizá sea la Cibeles o la Puerta de Alcalá. Si de mi dependiera, sin desmerecer a Ventura Rodríguez o Sabatini, no descartaría el depósito del Canal de Isabel II de Ríos Rosas.
Ladrillo y acero son los materiales de esta joya madrileña. El hormigón se descarto por el derrumbamiento del anterior al poco de su construcción, algo que no habría sucedido si Eduardo Torroja hubiera diseñado sus láminas de hormigón armado.
Doce contrafuertes de ladrillo, con estilo medievalizante, soportan este inmenso depósito diseñado en 1907 por los ingenieros Diego Martín, Luís Moya y Ramón Aguinaga.
El depósito estuvo operativo hasta 1952, y en los ochenta se tuvo el acierto de restaurarlo como sala de exposiciones, lo que nos permite visitar incluso su deslumbrante cuba.
La cubeta en sí es de láminas de acero remachado que se apoya sobre un anillo de acero que es soportado por los contrafuertes de ladrillo. SE pueden observar bonitas relaciones numéricas: 12 láminas que se abren en 36 y otras.