Cálculo mental en la Galería Tretyakov de Moscú

La operación que aparece en la pintura El problema difícil realizada en 1895 por Nicolai Bogdanov-Belski y que se exhibe en la Galería Tretyakov de Moscú no es difícil. La solución es 2 porque 10² + 11² + 12² = 13² + 14² = 365.

Para el alumno de hoy, armado con papel o con una calculadora el ejercicio es elemental. ¿Dónde reside la dificultad? La complicación radica en que el educador Serguei Rachinski pide a sus alumnos de la escuela rural, pobres y malvestidos,  que lo resuelvan mentalmente. Por eso no hay papel, solo rostros que traducen una tremenda concentración.

Admirable es el merito de Rachinski que abandona la vida universitaria para llevar a la escuela infantil un gusto que alivie de la miseria de los niños, tal como nos cuenta Perelman en su Álgebra recreativa.

Los azulejos del Colegio do Espíritu Santo

Decía su rector –Jorge Araujo-que la universidad de Évora goza del privilegio de seguir impartiendo sus clases en el mismo edificio del siglo XVI. En efecto, hay algo de sobrecogedor en la visión de como los púlpitos de mármol, los bancos y azulejos se mezclan con modernos proyectores.

Évora –patrimonio de la humanidad- es una visita obligada. Sus referencias matemáticas son múltiples, pero privilegiamos la azulejería del antiguo colegio de los jesuitas, hoy su universidad.

Cada sala-aula está dedicada a una disciplina y está decorada con magníficos azulejos del siglo XVIII relativos a ella. La sala de la geometría es pequeñita y alberga la actual librería.

Especialmente significativa, y por ello la reproducimos, es la representación de la Física como Prometeo: el águila enviada por Zeus devora eternamente su hígado como castigo por robar el fuego de los dioses.

Euclides en el Jacquemart André

Un bello palacete burgués de la ampliación de París alberga la colección de pintura y objetos de su fundador: Jacquemart André. Cerrado durante años de restauración,  ya tiene abiertas sus puertas, y una cafetería muy concurrida para comer.

El museo nos reserva unos plafones del italiano Mocceto (veneciano del XV) que incluyen a Euclides y Ptolomeo. Es muy probable que fueran traídos de Italia y que formaran parte de un studiolo. Es de lamentar que al separarse de su ubicación original se pierda perspectiva: faltan artes liberales, y desconocemos si las alegorías estaban acompañadas por estas pinturas, algo que ocurre muy frecuentemente.

Es interesante la aproximación a la escultura  de los tonos grises que contrastan con el azul del cielo.

 

El studiolo, de Gubbio a Nueva York

Giulano de Majano, maestro de marquetería, y Giorgio Martini, como pintor de los bocetos, terminaron en 1476 el studiolo renacentista de Federico de Montefeltro en Gubbio (Perugia/Italia)

En los studiolos renacentistas italianos encontramos con mucha frecuencia la representación de objetos matemáticos por dos razones: el príncipe, cardenal o condotiero creaban estos espacios para el estudio y el recogimiento pues eran personas de armas y letras; y la segunda causa es el propio artista que utiliza los objetos matemáticos como demostración del dominio de la nueva y realista perspectiva matemática.

Las magnificas taraceas de Gubbio han terminado en el Metropolitan Museum, que por cierto tiene una excelente visita virtual.