Saudade matemática en el “Conservatoire des Arts et Métiers” de París

Hay entradas cuya elaboración nos cuesta especialmente. Los sentimientos amargos que se pueden sufrir en un sitio tan emblemático como el Conservatoire National des Arts et Métiers nos paralizan. ¿Cómo transmitirlo? Ante la dificultad tenía aparcada la expresión de lo emotivo que puede resultar visitar algunos lugares. Ha tenido que ser la Exposición del Centenario de Betancourt la que ha espoleado la escritura y no precisamente como pensaba. 

El cíclico tejer y destejer de la ciencia en los pueblos hispanos tienen en el templo de París un lugar privilegiado para su rememoración.

Cuatro son los momentos con los que sentimos (¿padecimos?/¿disfrutamos?) la saudade en el Conservatoire: los gabinetes de máquinas, el astrolabio náutico sevillano de Gutiérrez, la multiplicadora directa de Bollée y el reloj astronómico Astrario de Dondi. Con ellos ilustramos la entrada.

Para exponer los sentimientos hemos necesitado un escrito algo más largo. La maldición de Sísifo parece haberse arraigado en la Península Ibérica: hay que volver a empezar una y otra vez.

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El Museo Curie en París

El laboratorio donde se descubrió el radio (Ra) tras el enorme trabajo de separación realizado por Maria Salomea Skłodowska y Pierre Curie fue un cobertizo. El laboratorio donde después se trasladaron es hoy un museo situado en la calle que lleva sus nombres. La recientemente inaugurada Maison Poicaré -museo de las matemáticas- se encuentra a pocos metros dentro del mismo recinto universitario.

Los Curie formaron una saga científica y además comprometida con la justicia social. El museo es modesto como lo es el laboratorio y sus despachos.

El enorme impacto que tuvo el descubrimiento del radio en 1898 se pone de manifiesto en todos los productos que presumían de radiactividad, ¡qué tiempos!

La primera profesora de Escuela Normal Superior de París fue también la primera enterrada en el Panteón. Henri Becquerel había descubierto casualmente la radiactividad de las sales de uranio en 1895, los Curie añadieron qué también era radiactivo el torio y que había otro nuevo “elemento” más: el radio. Los cálculos manuales para determinar la masa atómica del elemento 88 se muestran: 223,3 en las notas manuscritas frente a los actuales 226 (hay isótopos 223, 224, 226 y 228).

Astrolabio de ibn Zawal en Granada

El Museo Arqueológico y Etnológico de Granada exhibe el que quizá sea el último planisferio de la época nazarí: está fechado en 1481.

El museo ocupa el bello palacio renacentista de la Casa de Castril en la Carrera del Darro. Se trata de un museo modesto en dimensiones pero muy interesante y no solo por nuestro astrolabio.

El planisferio estereográfico de Muhammad Ibn Zawal fue adquirido por el museo en 1981 (¡medio milenio después de su construcción!) y provenía de una casa del Albaycín.

Una vez limpio el astrolabio de ibn Zawal está en perfecto estado, tiene bella grafía y abundantes garfios de estrellas. Solo tiene la lámina para la latitud de Granada.

Es de lamentar que el etiquetado de una pieza estrella del museo -un gran cartel lo destaca- sea tan pobre y erróneo. Quizá en el deseo de destacar la rareza se habla de 24 astrolabios en España (9 del periodo época andalusí) y cuarenta en el mundo, cifras muy por debajo de la realidad.

Ya hace mucho tiempo que Salvador García Franco describía 32 astrolabios antiguos registrados en España y más recientemente Azucena Hernández Pérez catalogaba 34 astrolabios andalusíes y 15 del medioevo cristiano ibérico.

Henri Michel y después David A. King -como estudiosos de la materia- extienden su estudio hasta cuadriplicar la cifra de la ficha de Granada.

Hace unos años dediqué una instantánea al “exilio” de los astrolabios andalusíes:

48 La diáspora de los astrolabios andalusíesDescarga

El reloj astronómico del aeropuerto de Orly

En la terminal oeste del aeropuerto de Orly (T2) muestra un bello reloj mecánico astronómico que utiliza un astrolabio plano para el Sol y un planetario para el sistema Tierra/Luna.

El uso del planisferio con proyección estereográfica desde el polo ha sido lo habitual en todos los relojes astronómicos históricos. El Sol se mueve por la eclíptica a lo largo del año determinando la duración de los días.

El reloj de Orly rememora de forma hermosa una etapa singular de la medida del tiempo en los inicios de la revolución científica.

El  reloj fue diseñado por la casa Ungerer de Estrasburgo y la parte artística se debe a  Pierre Kayes, Verboom realizó la construcción y Hertenberger fué responsable de la decoración. Una placa da cuenta del trabajo colaborativo que nos permite disfrutar de tan espléndido astrolabio en un lugar público de tránsito.

También las estaciones y aeropuertos son lugares a tener muy en cuenta.

Museo de Artes Decorativas en Padua

Los museos de artes decorativas suelen ofrecer objetos de interés matemático. En este caso encontramos como el propio instrumento matemático resulta bello en sí mismo y por ello objeto de exposición.

Los astrolabios planisféricos en latón o en plata eran instrumentos de precisión y también de lujo. Los artesanos cuidaban la belleza. El museo exhibe un astrolabio italiano del siglo XVI. La lámina es de plata y no sabemos si dispone de una colección completa.

Otro objeto de interés es el mapa otomano cordiforme de Haci Ahmet de Fez (quizá de origen andalusí) también del siglo XVI. El perímetro cardioide fue una proyección que lleva el nombre de Johannes Werner de Núremberg y anterior a la de Mercator.  

Maison Poincaré, el museo de las matemáticas de París

París cuenta con su Museo de las Matemáticas desde el pasado 23 de septiembre de 2023. El Grand Palais o el Conservatoire national des arts et metiérs ofrecían suficiente interés, pero parecía bueno que se dedicara un espacio específico a una disciplina en evolución y que rompe tópicos.

Las instalaciones ocupan unos 1000 m² de un antiguo recinto dedicado a la química y situado enfrente del Instituto Henri Poincaré (IHP).

El museo presenta una visión actualizada de las matemáticas con presentaciones audiovisuales pero se echa de menos el material manipulable más tradicional (¡quizá sean cosas de la edad!). 

Tal como esta concebido es una exposición que gana mucho si un/una guía le pone pasión y conocimiento.

El aspecto humano está muy contemplado a través de personajes que van contando sus experiencias aprovechando el bonito aula. 

La modernidad no impide que el museo muestre sus conservadas calculadoras mecánicas o los modelos de superficies y objetos espaciales.

Los planetarios del Pio X en Treviso

El Colegio Pio X de Treviso es una gran institución educativa veneta de carácter confesional. Las guías de turismo hablan de su planetario como un atractivo resaltable de la ciudad. Fortuna sació nuestro interés por conocer la actividad astronómica del colegio y tuvimos la oportunidad de asistir a una sesión de divulgación que agradecemos por la amable invitación y su contenido.

Se habla de dos planetarios, uno antiguo y otro moderno. En realidad es un planetario mecanizado de los años cincuenta y un “estrellario” de los setenta.

El planetario se construyo para accionarlo manualmente y después se electrificó. Vemos al Sol, Mercurio, Venus, la Tierra y la Luna en sus respectivas revoluciones con el zodiaco al fondo.

El “estrallario” es una hemisfera con un antiguo dispositivo y las explicaciones se hacen de forma verbal, muy didáctica y apasionada. Todo un gusto para apreciar la belleza del cosmos.

El Pio X tiene telescopios para completar la exposición.

En las vitrinas se ven esferas armilares y modelos a escalas de instrumentos de observación históricos y relojes solares.

El reloj analemático de la Bolsa de Trieste

Los ingenieros Paolo Alberi-Auber y Aurelio Pantanoli aprovecharon el arreglo del pavimento de la Plaza de la Bolsa de Trieste en 2010 para continuar por el exterior la línea meridiana de cámara oscura de 1820.

La línea incorpora un reloj solar analemático donde la sombra del propio observador sirve de gnomon. Las horas están marcadas sobre una elipse (no dibujada) y el observador se sitúa sobre el eje menor de la elipse (línea meridiana) en la posición de mes correspondiente.

Para obtener la hora legal el reloj incorpora las correcciones de la ecuación del tiempo al lado de la fecha y además se ha tenido en cuenta la diferencia con la hora de invierno por efecto de la latitud geográfica. Como Trieste está situada casi 15º al Este esa diferencia es pequeña y solo hay que corregir la hora de verano sumando los sesenta minutos.

El primer reloj analemático se conserva todavía en el Monasterio de Brou (monasterio-de-brou/ )

La meridiana interior y el reloj analemático exterior se completan con una estatua de la musa Urania en la fachada portando su característico globo celeste.

La bella meridiana de la Bolsa de Trieste

Trieste es un lugar paradigmático de los cambios europeos. La pequeña aldea litoral fue convertida en puerto franco del imperio austrohúngaro en 1719. Un imperio continental se asoma al mar a través de Trieste. La ciudad fue austriaca hasta el final de la Gran Guerra, salvando el interludio napoleónico. Liberada por los partisanos yugoslavos no vuelve a Italia hasta 1947.

Nadie que haya leído El Danubio de Claudio Magris puede ir a Trieste sin sentir la emoción de un mundo desaparecido por los dramas bélicos del siglo XX.

La bellísima meridiana de cámara oscura de la Bolsa de Trieste fue diseñada por Antonio Sebastianutti en 1820 en colaboración con los profesores de la Escuela de Comercio y Naútica y previo acuerdo de la Deputazioni di Borsa. Jerome Bonaparte -hermano de Napoleón- era un marino experimentado que vivía en Trieste en aquellos momentos. Como gran puerto de la marina austrohúngara el dispositivo sirvió como ajuste de los relojes para después calcular la longitud mediante los cronógrafos marinos.

La meridiana marca los días, la altura del Sol, los signos del zodiaco, meses y la corrección de la ecuación del tiempo (EQUAZIONE) (segundos) para pasar de la hora solar a la legal (media).

El orificio gnomónico se encuentra a 5,45 metros de altura y el muro hubo de ser refinado para no ser obstáculo para la luz entre los dos solsticios. 

Desde el exterior se aprecia la apertura protegida con una tela metálica a la derecha de uno de los paneles decorativos de erotes.

Láperouse y el Museo de la Marina en Brest

La ciudad de Brest quedó reducida a escombros durante la Segunda Guerra Mundial. El Museo de la Marina ocupa gran espacio de la imponente fortaleza que se va recorriendo por el exterior hasta los distintos espacios musealizados.

Un papel destacado tiene la expedición científica de Lapérouse -que partiendo de Brest en 1785- recorrió el Océano Pacífico hasta 1788, cuando desaparecieron en enigmático final. Las dos naves de la expedición muestran tanto como sus científicos el interés la misión: el Astrolabio y la Brújula. Algunos instrumentos matemáticos de navegación se han recuperado y se exponen.

Al igual que en Rochefort interesa ver como la escultura forma parte de la construcción naval en sus arsenales: una alegoría de Urania aparece entre otras alegorías mitológicas.

No podemos resistirnos a exponer una calculadora electrónica naval programable porque el avance tecnológico ha convertido en históricas las viejas calculadoras paso a paso que algunos usábamos en los ochenta. ¡Nuestros instrumentos juveniles son ya piezas de museo!