El Museo de las Ciencias de Ámsterdam

El Museo de las Ciencias de Ámsterdam destaca a modo de barco emergente en su dársena. El notable edificio se encuentra situado entre la Estación Central y el Arsenal, hoy Museo de la Marina. 

Dos cosas nos gustaron especialmente: el gran espacio diáfano en diferentes alturas y la convivencia de instrumentos históricos con modelos manipulables que los reproducen. Los instrumentos de ciencia pueden ser muy bellos pero no se hicieron para ser contemplados como la pintura o la escultura sino para ser usados: es bueno verlos funcionando.

El gran espacio permite contemplar toda la ruidosa algarabía y el movimiento pletórico de la chavalería.

La matemática no puede faltar con sus poliedros, fractales, superficies minimales, anamorfosis, …

A la entrada o a la salida no debemos perdernos la hermosa clepsidra de líquido azul con serpentines que nos va dando las horas y los minutos mediante un mecanismo de sifón.

Democracia y medidas en el Ágora de Atenas

El obligado paseo por el Ágora ateniense durante los años democráticos nos permite ver objetos tanto del funcionamiento de la democracia como de su mercado.

Se conserva la estructura circular del Tolos, el edificio que albergaba las pesas y medidas establecidas para pesos, volúmenes y otras magnitudes. El Museo del Ágora conserva ejemplares de las medidas.
El funcionamiento de la democracia está presente con una piedra perforada para el sorteo de los cargos y una clepsidra que marcaba el tiempo de intervención de cada ciudadano.

La democracia ateniense no era representativa, no se elegían personas para que llevaran tu voz sino que se ejercía de forma directa. Los cargos se sorteaban pues cualquier ciudadano podía ejercerlos.

La clepsidra original (reloj de agua) deteriorada va acompañada de una reproducción. Se trata de un reloj para intervenciones de unos seis minutos. La última gota marcaba el final de la locución.

Matemáticas en el Palazzo dei Normanni de Palermo

El Palacio de los Normandos resume buena parte de la historia de Sicilia y del Mediterráneo. Pocos lugares tan pequeños portan tanta carga de los pueblos y culturas que constituyen la Europa del Mestizaje.

El Palacio es la sede del Parlamento Regional. Antes de entrar en el gran salón de sesiones se pasa por la Sala Arquímedes presidida por una estatua del mayor científico de la antigüedad. La escultura de bronce fue realizada en 1893 por Benedetto Civiletti. El sabio sujeta un compás y unas tablillas enlazadas repletas de figuras geométricas.

De la vieja clepsidra que medía el tiempo inmemorial solo queda la placa de piedra trilingüe: latín, griego y árabe. Las tres lenguas cultas usadas en la isla y que la convirtieron en el segundo gran foco de las traducciones, las que iban a saciar la demanda europea en su primer renacimiento de los siglos XII y XIII.

La joya del palacio es la Capilla Palatina, cuyos mosaicos dorados compiten en belleza con la próxima Catedral de Monreale. En el Año Internacional de la Luz no puede faltar ese momento tremendo del Hágase la luz del Génesis. El mundo es concebido con un plan y su diseño es matemático.

El Palacio fue usado como Observatorio Astronómico, sus cúpulas se alzan majestuosa, aunque lamentablemente el Museo de la Specola está cerrado sin fecha de reapertura. Como hemos citado anteriormente: el Príncipe del Gatopardo ve en la estabilidad de los cielos la propia esencia de una Sicilia donde todo cambia para que todo permanezca.