Trieste es un lugar paradigmático de los cambios europeos. La pequeña aldea litoral fue convertida en puerto franco del imperio austrohúngaro en 1719. Un imperio continental se asoma al mar a través de Trieste. La ciudad fue austriaca hasta el final de la Gran Guerra, salvando el interludio napoleónico. Liberada por los partisanos yugoslavos no vuelve a Italia hasta 1947.
Nadie que haya leído El Danubio de Claudio Magris puede ir a Trieste sin sentir la emoción de un mundo desaparecido por los dramas bélicos del siglo XX.
La bellísima meridiana de cámara oscura de la Bolsa de Trieste fue diseñada por Antonio Sebastianutti en 1820 en colaboración con los profesores de la Escuela de Comercio y Naútica y previo acuerdo de la Deputazioni di Borsa. Jerome Bonaparte -hermano de Napoleón- era un marino experimentado que vivía en Trieste en aquellos momentos. Como gran puerto de la marina austrohúngara el dispositivo sirvió como ajuste de los relojes para después calcular la longitud mediante los cronógrafos marinos.
La meridiana marca los días, la altura del Sol, los signos del zodiaco, meses y la corrección de la ecuación del tiempo (EQUAZIONE) (segundos) para pasar de la hora solar a la legal (media).
El orificio gnomónico se encuentra a 5,45 metros de altura y el muro hubo de ser refinado para no ser obstáculo para la luz entre los dos solsticios.
Desde el exterior se aprecia la apertura protegida con una tela metálica a la derecha de uno de los paneles decorativos de erotes.