Portugal fue la primera potencia marítima moderna, a la que hay que situar en el despegue del mundo tal como hoy lo conocemos. Así, al menos, lo expone el eminente sociólogo Inmanuel Wallertein en El moderno sistema mundial (1984), su espléndida obra de síntesis. Curiosamente Portugal fue la primera nación moderna y también la última en descolonizar.
No hay escudo nacional como el de Portugal para dar cuenta del valor de la matemática en la vida cotidiana. Una esfera armilar requiere un profundo conocimiento teórico del mundo. La eclíptica sobre la bola explica perfectamente la traslación, los cambios en la duración del día a lo largo del año, mientras los paralelos dan cuenta de la rotación.
Estaba recopilando sosegadamente esferas armilares por las calles de Lisboa, pensaba que allí me encontraría con una rica colección, cuando sufrí el impacto de la abundancia de esferas en Tomar.
El Convento de Cristo de Tomar está más apartado de las rutas que los de Alcobaça, Batalha o Belen y por ello es menos visitado. Algo lamentable pues La Ventana del Árbol de la Vida, la Janela do Capitulo de Diogo de Arruda, es una de las cumbres del arte manuelino. El claustro principal, renacentista italianizante, de Juan de Castillo es un buen ejemplo de cómo la belleza se nos puede mostrar de múltiples formas.
Parece mezquino en medio de tantas cosas de valor destacar las modestas esferas armilares, que pueden alcanzar el centenar y que se nos presentan de múltiples maneras: hay una insistencia en la vocación cosmográfica de Portugal. La cruz de Cristo y la Esfera Armilar se alternan en el altar de la charola y en el friso que culmina toda la iglesia.
Hemos realizado un montaje de muestra para dar idea de la magnitud de la omnipresencia de la esfera en Tomar: Armilares en Tomar.