Arquímedes según Fetti en Dresde

En el palacio Zwinger -la reconstruida residencia del elector de Sajonia en Dresde- se encuentra uno de los retratos más expresivos de Arquímedes. El joven pintor italiano del XVII Domenico Fetti huye del efectismo barroco de la muerte violenta de Arquímedes para plasmar su pensamiento, su meditación científica.

El compás, la escuadra, el globo celeste, los libros, un espejo y el papel con el teorema son el marco para representar la intensa concentración del pensador en la figura matemática, en el ¡ve!

La pintura de Fetti se encuentra en la Galería de los Maestros Antiguos. En su momento destacaremos la joya del Zwinger para el turismo matemático: el Salón fisico- matemático, una de las grandes recopilaciones instrumentales realizadas a primeros del siglo de la luces.

La Republica Democrática Alemana reprodujo en un sello este cuadro.

Los libros encuadernados en pliegos doblados -como otros detalles- no se corresponden con los rollos que se usaban en los tiempos de Arquímedes.

El famoso Tales tapizado en La Granja

De los nueve grandes tapices flamencos de la serie de Los honores -dedicada a la coronación de Carlos V- ya hemos comentado el de la Prudencia, donde las artes liberales construyen el carro de la virtud.

Tras su esplendida restauración en Malinas, la serie se expone en la primera sala del palacio real de La Granja de San Ildefonso: si nos descuidamos no veremos otra cosa ante tal riqueza iconográfica.

Ahora nos fijamos en el de la Fama, otro de los que se ofrecen al príncipe renacentista para su formación moral: la colección de personajes que deben servirle de referencia. En el primer plano el pintor Bernard van Orley representa a Alejandro Magno, Anibal o Julio Cesar, todos a caballo y guerreando.

Afortunadamente no solo es el arte militar el que da la fama, más arriba tenemos escritores, legisladores o filósofos. Matemáticos no aparece más que Tales, así se paga una deuda moral con el filósofo de Mileto pues Euclides, Pitágoras o Arquímedes han sido mucho más representados. A Tales no es fácil encontrarle en el arte del renacimiento.

Nervaduras poligonales en Antequera

La ciudad que pudo ser capital de Andalucía tiene el raro privilegio de dar albergue en su casco urbano a un rico patrimonio que abarca desde los dólmenes megalíticos hasta la industria decimonónica. Así el viaje por el tiempo está garantizado: espectaculares restos neolíticos, romanos, árabes, góticos, renacimiento, barroco o patrimonio fabril se ensamblan para mostrarnos que debemos de dejar en casa todo dogmatismo y recordar aquello de que la historia nos enseña que la historia no enseña nada.

Destacamos de Antequera unas deliciosas estrellas poligonales en la nervadura de la bóveda del altar mayor de la Colegiata de Santa Maria la Mayor. Las estrellas octogonales son muy frecuentes, algo menos las hexagonales, pero en este caso se nos juntan las dos para formar un bello conjunto.

La -tan interesante- fábrica tardogótica es del siglo XVI y se atribuye al alarife guipuzcoano Diego de Vergara.

Un Da Vinci universal en Madrid

En los cuartos depósitos del Canal de Isabel II, situados en la Plaza de Castilla de Madrid, se exhibe una completísima exposición dedicada a Leonardo que durará el 2 de mayo de 2012.

Las columnas y arcos de ladrillo de los aljibes son un marco incomparable para recordar al genio universal, aquel artista incalificable que emulando a Platón dijo que lea mis escritos quien sepa matemáticas.

La exposición empieza con un documental opcional en tres dimensiones, gafas rojo/azul, para adentrarse en los fabulosos aljibes donde las maquetas del ingeniero Da Vinci se muestran en todo su esplendor.

La última Cena, la Gioconda o el hombre de Vitrubio son analizados con esmero. Los libros de notas con todos los artificios del ingenio no pueden faltar. La disposición de la exposición encaja las salas en formas de cuadrados y rectángulos áureos para situarnos mejor en el ambiente del arte del Renacimiento.

La figura universal no se ve mutilada; su imagen de ambiciones intelectuales e inquietudes múltiples queda patente como pocas veces: las matemáticas, la vida material y el arte armonizan como pocas veces.

Puestos a echar algo de menos solo faltarían los poliedros que Leonardo pinta para el libro sobre la Divina proporción de Luca Pacioli, detalle que es nada en tan magno despliegue.

El acueducto de San Telmo en Málaga

Las necesidades de abastecimiento de agua a la ciudad y a los barcos que usaban el puerto de Málaga motivaron que el obispo de la ciudad José de Molina Lario y Navarro encargara la realización de un nuevo acueducto al arquitecto Martín de Aldehuela.

Las obras empezaron en 1782 y desde 1784 hasta mediados del siglo XX el acueducto cumplió su papel.

El acueducto de San Telmo recoge las aguas del Guadalmedina y las encauza durante 10´8 kilómetros utilizando hasta 33 puentes. Se trata de una impresionante obra de ladrillo perfectamente documentada y que merece la pena recorrer en su totalidad.

La Asociación de Amigos del Acueducto de San Telmo y una página dedicada a La Ciudad Jardín (http://www.ciudadjardinmalaga.es/indice_acueducto.htm) nos dan la suficiente información para no perderse en una obra que en gran parte ha sido engullida por los crecimientos de la ciudad y la autopista de Atequera.

La arcada más impresionante –para superar al arroyo Quintana- se encuentra al lado del IES que rinde homenaje al arquitecto de la obra y es de fácil acceso, al igual que el arca de distribución que cerraba el trazado. Resulta curioso que en el escudo del obispado del arca se encuentre una rueda de molino.

Para más acueductos: Acueductos (PI)

Tapiz de las Artes Liberales en Brujas

Con la denominación genérica de Museos de Brujas se agrupan hasta dieciséis museos municipales. En uno de ellos -el Gruuthuse- se encuentra uno de los nueve tapices que sobre las artes liberales se hicieron hacía 1650 en el taller de Carlos Janssen sobre cartones del pintor Cornelio Schut.

El gran tapiz de 366 × 519 cm² es el más completo de la bellísima serie. El motivo principal es el recurso al conocimiento y el estudio para aplacar las ansias bélicas. La alusión bélica también está presente en el dedicado a la alegoría de la Geometría que se encuentra en Roma.

La dama Geometría aparece recostada en primer plano con un compás en una mano y la otra sobre un globo terráqueo. Los planos de fortificaciones muestran la aplicación guerrera de la disciplina.

Detrás de ella –a nuestra derecha- vemos a Aritmética en intensa concentración calculística.

Escher vuelve a la Alhambra

La exposición Universos infinitos de M.C. Escher se exhibe desde el 29 de marzo y hasta el 8 de enero de 2012 en dos ambientes granadinos: el parque de las ciencias y el palacio de Carlos V en la Alhambra.

La Alhambra ha reservado un espacio temporal para uno de los artistas que sufrieron su embrujo; las matemáticas (y la relación con Donald Coxeter) se encargaron del resto.

La exposición no llega a ser la muestra espectacular que inauguró los aljibes del Canal de la plaza de Castilla de Madrid hace uno años pero tiene el encanto del lugar y es suficientemente buena para no perdérsela.

Destacamos la rampa de conexión de los dos niveles del Parque de las ciencias y los dos equiláteros de espejos, donde –en efecto- el universo se hace infinito. En ambos lugares sentimos el estremecimiento y la magia de la imaginación de Escher.

La alegoría de la Aritmética de Baltimore

El Museo de Arte Walters de Mount Vernon –norte de Baltimore- es una galería que toma como base la colección de dos generaciones de millonarios amantes del arte que abrieron al público su palacio en 1934 para disfrute general.

Desde el punto de vista matemático, el Walters no es un museo más sino el lugar donde se llevó a cabo la versión definitiva de las trascripción del palimpsesto del Método de Arquímedes. Gracias al gran coste del pergamino muchos libros antiguos se reutilizaron como libros religiosos: las modernas técnicas de rayos nos permiten recuperar el contenido.

La alegoría de la Aritmética del pintor barroco Laurent de La Hyre nos muestra una hoja de papel sobre un libro de Pitágoras, con operaciones y con la división inicial de los números en pares e impares, en lugar de la habitual tablilla.

El dedo de la joven Aritmética se posa sobre una operación que podría ser la prueba del producto que aparece a su lado.

Ya hemos comentado anteriormente la Geometría de Laurent de la Hyre en Ohio.