La pintura reivindicada como arte matemático en Rennes

¿Puede una pintura religiosa ser reivindicativa? San Lucas pintando a la Virgen (1545) del artista manierista holandés Maarten van Heemskerck (1498-1574) lo es en grado sumo. El cuadro se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Rennes.

San Lucas es el santo patrón de los pintores en una época en la que todavía tenían que luchar para reivindicarse como maestros en un arte liberal, no servil.

La escena principal responde al contrato religioso de comercialización de la pintura pero lo que nos interesa son los elementos secundarios del taller de San Lucas: bajo la Virgen hay un libro de anatomía, encima una esfera armilar y a su lado un estante con libros en griego. Al fondo un taller de escultura donde el artífice usa un compás.

Conocimientos profundos de anatomía, de matemáticas y de griego: la pintura es un arte liberal y sus practicantes son eruditos. Ni los tres grandes pintores matemáticos (Leonardo, Piero y Durero) lo habían expresado con tanta claridad.

El cuadro está fechado solo dos años más tarde que el De humanis corporis fabrica de Andrea Vesalio y el De revolutionibus de Copérnico.  

El tiempo detenido en Saintes

Saintes fue una ciudad  romana de cierta importancia hasta el punto de disponer de un gran anfiteatro. Como este anfiteatro se encontraba en una zona baja fue casi totalmente cubierto. Hoy está casi rescatado. El tiempo lo llevó al olvido.

Acorde con ese tiempo detenido encontramos un reloj solar múltiple detrás de la reja de acceso al Museo Dupuy-Mestreau. El reloj no solo no está orientado también se oculta tras un arbusto. El cuadrante volvería a su función una vez limpio, restaurado, orientado y al descubierto. No solo podemos decir que tempus fugit, también que olvida.

Los relojes solares múltiples acompañan a la revolución científica del XVII. Un tratado que sirvió para construir estos virtuosos instrumentos fue el Ars magna lucis et umbrae (1646) del prolífico y siempre sorprendente jesuita Athanasius Kircher.

El Museo Dupuy es una recopilación de coleccionista de trajes, muebles, cerámica y otros objetos tradicionales. Los conventos y las iglesias de Saintes merecen también una visita pues en gran medida se ha parado en el tiempo.

Astronomía “Galáctica” en Arcos de las Salinas

El antiguo pueblo salinero de Arcos de las Salinas ha perdido el aprovechamiento de sus estanques salitres para elevarse al inmenso universo estrellado.

La Cúpula del Observatorio de Javalambre se encuentra en lo alto de la montaña y está dedicada al trabajo científico en una zona de baja contaminación lumínica y escasa nubosidad. Abajo –próximo al pueblo- se ha levantado Galáctica, un impresionante centro de divulgación astronómica complementario: todo un acierto pues la ciencia no puede aislarse y tiene que llegar al gran público. Los responsables astronómicos de Aragón ha comprendido que la extensión de la ciencia requiere complicidad de la ciudadanía.

Acceder a Galáctica desde Cuenca es en sí mismo una experiencia fascinante, bajando y subiendo el desfiladero del Turia.

La visita puede ser libre, guiada y en algunos momentos con observaciones nocturnas. Aconsejamos la visita guiada aunque el montaje para visita libre está muy conseguido con modernos paneles dinámicos, visualmente dignos y sonido adecuado. Hay historia de la astronomía y del universo, desde el Big-Bang. Las explicaciones guiadas dan vitalidad a un tema tan extenso.

La cubierta dispone de nueve “setas” de observación de diferentes tamaños y objetivos. Cada telescopio está dedicada a una astrónoma, a las hijas de Hipatia, empezando a reparar la invisibilidad de la aportación de las mujeres al avance científico.

Un murete junto al cartel de la entrada lleva marcada la línea con 40 metros del paralelo 40 Norte.  

 

Relojes astronómicos de las Colecciones Reales en Madrid

La reciente apertura de la Galería de las Colecciones Reales en la ladera del Palacio Real de Madrid permite observar parte de la colección de relojes del Patrimonio.

Desaparecidos los dos relojes de Juanelo Turriano de los que el Emperador Carlos estaba tan orgulloso nos limitamos a los que se conservan.

El Reloj de las cuatro fachadas (1725) es obra del jesuita matemático Thomas Hildeyard y dispone de múltiples funciones de tiempo y astronómicas. El reloj fue adaptado a las coordenadas geográficas de Madrid en 1786. Resulta irónico que llamándose de cuatro fachadas el reloj se exhiba sin enseñar la cuarta: deberían repensárselo. El reloj tiene una característica esfera de vidrio con la eclíptica.

Astronómico es también el Reloj de sobremesa (1757) del afamado artífice inglés John Ellicott; un reloj complementario se encuentra en el Museo Nacional de la Ciencia y la Técnica.

La perfección de la relojería mecánica contribuyó a la concepción mecanicista del mundo y a ver a Dios como el Gran Relojero. El ateísmo se infiltraba: ¿Se limitaba Dios a dar cuerda a un universo regido por leyes inmutables?

La imagen matemática del mundo tapizada en Madrid

La nueva Galería de las Colecciones Reales inaugurada recientemente en Madrid nos adentra en parte del rico patrimonio hasta ahora almacenado de las Monarquías, Austrias y Borbones.

Un nuevo edificio acoplado a la ladera de la colina del Palacio Real cumple la doble función de respetar el paisaje y resaltar en un gran espacio objetos que requieren grandes superficies como los tapices flamencos.

Destacamos uno de esos tapices, el encargado para Portugal protagonizado por el Rey Juan III. Hercules soportando el mundo es cosa extraña, ese papel corresponde a Atlas; quizá el tapiz de El Escorial con ese título se haya apropiado de este otro gemelo. Una esfera celeste con el zodiaco y las principales constelaciones domina la escena. En la parte superior se debe señalar la esfera armilar, hoy todavía matemático escudo de Portugal. Estamos ante un tapiz flamenco del taller de Wezeler, siglo XVI.

La imagen del mundo se pudo completar con las exploraciones del siglo XVI, entre los tratados sobre el arte de navegar destaca el de Pedro Medina, ampliamente usado y traducido por los ingleses, un ejemplar de su Regimiento se exhibe en el variado recinto. 

Alegorías matemáticas en el Trocadero de París

La Plaza del Trocadero es un lugar turístico por excelencia al devenir en mejor lugar de observación de la Torre Eiffel. Quizá muchos españoles no conozcan que también puede ser un punto amargo: la Isla del Trocadero en Cádiz conquistada por los Cien Mil Hijos de San Luis supuso el final de Trienio Liberal (y Constitucional) en España. Los borbones franceses restauraron el absolutismo reaccionario en España y sus soldados «victoriosos» lo celebraron en este lugar.

El actual Palacio de Chaillot -en arco- que conforma la plaza es reciente: se levanta para la Exposición de 1937 y sustituyó al neobizantino de 1878.

El Palacio alberga museos de interés, especialmente el de Marina para los matemáticos. La parte trasera del edificio dedicado a la Arquitectura tiene algunos grandes bajorrelieves alegóricos a la Geometría: Arquitectura con un enorme compás y las Artes con un erote haciendo geometría.

Instantánea sobre “El astrolabio en el arte: España”

El astrolabio plano o planisferio, la proyección estereográfica de la esfera celeste sobre el plano del trópico de Capricornio desde el polo Sur, fue llamado la joya matemática. De origen griego, fueron los árabes quienes lo utilizaron  profusamente  y le dieron la forma que se importó en occidente.

El dispositivo reproduce el movimiento diurno con una pieza móvil (la araña) sobre fondo de una lámina fija para cada latitud,  albergadas ambas sobre la madre con una corona horaria. El dorso era aprovechado para las medidas trigonométricas con una alidada para medir alturas.

La Península Ibérica fue la vía de penetración del dispositivo que fue recibido ya en la Marca Hispánica en el siglo X. La revolución científica del siglo XVII deja obsoleto un instrumento que había prestado tan buen servicio. 

El arte no podía dejar de apreciar el encanto y la sutiliza del instrumento. Los libros góticos iluminados, las esculturas de las catedrales, las pinturas palaciegas, los mausoleos, los tapices y hasta las copas dejaron constancia de su irresistible atractivo.

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Esferas de Gessner en Nancy

Abraham Gessner (1552-1613) fue un orfebre suizo del Renacimiento que representaba el nuevo mundo conocido y la esfera armilar del universo. 

El Museo de Bellas Artes de Nancy exhibe una de sus esferas de plata en la misma sala que se muestra una tardía Vanitas de Nicolas Henri Jeaurat de Bertry (1728-1796) con una esfera.

Al culto del Renacimiento por la ciencia y los objetos curiosos sucederá un Barroco con llamadas a la piedad ante una vida breve frente a la eternidad, tal como usa Pascal en su argumento probabilístico de la apuesta a la existencia de Dios.

Anamorfosis geométrica en el Museo de Bellas Artes de Nancy

Felice Varini (1952) es un artista suizo contemporáneo que utiliza los efectos ópticos y las anamorfosis para sus obras en grandes espacios. El Museo de Bellas Artes de Nancy encargó la Elipse rodeada de siete círculos (2000) para uno de sus rincones en la bajada de una rampa.

Nancy fue embellecida con Stanislas, en su último periodo independiente durante la Ilustración, después bajo gobierno alemán se caracterizó por su Art Nouveau. El Museo de Bellas Artes tiene la fachada del XVIII pero en su interior hay rincones de la remodelación modernista como la bella escalera.