Un juego infantil en la muralla de Núremberg
Los objetos cotidianos más modestos pueden ofrecernos la oportunidad de disfrutar con su elaborada estructura y su vinculación con la historia del arte. Así un juego infantil realizado con cuerdas nos puede traer a la mente a Leonardo da Vinci (y a la cristalografía) por su interesante construcción, donde varios poliedros están presentes.
Recorriendo las murallas de Nuremberg observamos como se levanta airoso un perfil piramidal de barras articuladas y cuerdas, un castillo de escalada para niños en un parque infantil como tantos otros. Tres poliedros de Leonardo le dan su carácter peculiar: el octaedro, el cuboctaedro y el octaedro truncado.
El octaedro truncado de caras hexagonales y triangulares es el único sólido arquimediano que llena el espacio, por ello es la estructura que van formando las cuerdas, los niños van atravesando polígonos regulares conforme realizan su ascensión y es como si se estuvieran adentrando en una malla atómica como la del hierro del Atomium de Bruselas que tiene esa misma distribución: red cúbica cristalina centrada en el cuerpo.
La estructura de barras que sujeta las cuerdas es un octaedro al que se la truncado uno de los vértices. Las barras se colocan de forma que aparece un cuboctaedro, es como si elevamos sus caras cuadradas para volver a construir el octaedro. La pirámide de acceso al Louvre es pariente cercana de este juego.
Otra interesante reflexión nos la proporcionaría el enlazado de las sogas, pero con los poliedros ya tenemos bastante ensoñación. En otros juegos la estructura portante proviene del dodecaedro u otros articulados, si bien, la combinación del truncados del octaedro es una solución muy buena.
25 noviembre 2014 a 7:52 am
Precioso artículo, vestido de Sabiduría y ensoñación, ¡ no es poco, muy rico y de gran valor el mensaje!, siempre hay que mantener el alma infantil en la vida, la curiosidad espontánea…el descubrir con el corazón y la mente, equilibrar ambas cosas, no irnos del todo a una ni a la otra, sería perjudicial, si nos dejamos llevar por las pasiones sería nefasto y si sólo por la razón también.
Una preciosidad de palabras: » los niños van atravesando polígonos regulares conforme realizan su ascensión y es como si se estuvieran adentrando «. Matemáticas y Arte nos muestra Usted, Señor Requena. Gracias, pura belleza.
La belleza, el Amor, la bondad y la Sabiduría son grandes componentes de la inteligente vida. Saludos.
25 noviembre 2014 a 7:54 am
» Adentrarse en la curiosidad del saber con apasionados corazones», le pondré música a este artículo.
Arvo Part hace que nos » adentremos…».
25 noviembre 2014 a 7:00 pm
Gracias Teresa por poner música y sensibilidad