Arquímedes y Turing, hermanados en Manchester

Dos grandes matemáticos de trágica muerte, Arquímedes y Turing, se ven hermanados con estatuas muy próximas que les recuerdan: Arquímedes bajo la bóveda del paso subterráneo enfrente del universitario Sackville Building y Turing en un banco de Sackville Gardens.

Arquímedes es representado en el momento mismo de salir de la bañera y recorrer desnudo Siracusa gritando ¡Eureka! (¡lo encontré!). Se trata del célebre episodio del rey Herón que deseaba conocer si su corona de oro había sido adulterada y encomienda a Arquímedes su solución. El sabio lo resuelve al bañarse: el agua derramada da la medida del volumen o, alternativamente, el empuje sobre el sólido sumergido (principio de Arquímedes) da la diferencia de peso dentro o fuera del fluido. Dos procedimientos: la densidad del oro es más del doble que la del cobre.

La estatua del siracusano se encuentra debajo de la vía férrea, fue esculpida en piedra por Thompson Dagnall y se instaló en 1990.

La muerte de Alan Turing (1912-1954) fue más trágica, si cabe, pues a Arquímedes le mataron sus enemigos, en cambio Turing se suicida a causa del tratamiento químico que la Justicia le había prescrito para liberarle de la prisión. Turing había mantenido una relación homosexual con un joven que hoy no se considera delito.

Aunque las películas presentan a Turing como el héroe del desciframiento de Enigma que tantas vidas salvó, hoy seguimos recordándole día a día tanto por la Maquina como por el Test que llevan su nombre.

La sosegada estatua de bronce representa a Turing sentado con una manzana, fue obra del escultor Glyn Hughes y se instaló en el año 2001. La placa recoge la cita de Russell sobre la belleza de la matemática que compartimos parcialmente: su belleza es cálida, no fría.

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