El dodecaedro en un retrato de Chalons en Champaigne

Dodecaedro Chalons D

El Museo de Bellas Artes de Chalons en Champaigne ya había aparecido en esta bitácora por albergar una bonita alegoría de la Geometría tallada en la misericordia de una sencilla sillería renacentista de coro. Nos fijamos ahora en una pintura de 1847 que conserva la tradición de representar poliedros como muestra de virtuosismo o interés por la geometría.

El retrato del arquitecto y pintor Victor Juglar va firmado por Jean-Sébastien Rouillard (1789-1852), un artista formado en la escuela neoclásica de Jacques-Louis David y que nació en París el año de la Revolución.

Un compás y un dodecaedro aparecen en la esquina derecha junto a la firma del cuadro. Desde que Piero Della Francesca y Leonardo dibujaron los sólidos platónicos y arquimedianos, los poliedros nunca han abandonado el arte. El dodecaedro ha sido normalmente el elegido, quizá por su misticismo (caso de Dalí), por su relación con la proporción áurea o por su óptimo volumen entre los poliedros regulares convexos.

Jean-Sébastien Rouillard - Victor Juglar 1847 Chalons

Una respuesta to “El dodecaedro en un retrato de Chalons en Champaigne”

  1. Teresa Cabarrush Says:

    Pues si el dodecaedro está relacionado con el fantástico misticismo, me quedo con él. El protagonista del cuadro parece que lo tiene claro, la serenidad ante todo como tesoro de vida, para qué tantas prisas pensaría…la perfección de las obras necesitan de paciencia.

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