Hay entradas cuya elaboración nos cuesta especialmente. Los sentimientos amargos que se pueden sufrir en un sitio tan emblemático como el Conservatoire National des Arts et Métiers nos paralizan. ¿Cómo transmitirlo? Ante la dificultad tenía aparcada la expresión de lo emotivo que puede resultar visitar algunos lugares. Ha tenido que ser la Exposición del Centenario de Betancourt la que ha espoleado la escritura y no precisamente como pensaba.
El cíclico tejer y destejer de la ciencia en los pueblos hispanos tienen en el templo de París un lugar privilegiado para su rememoración.
Cuatro son los momentos con los que sentimos (¿padecimos?/¿disfrutamos?) la saudade en el Conservatoire: los gabinetes de máquinas, el astrolabio náutico sevillano de Gutiérrez, la multiplicadora directa de Bollée y el reloj astronómico Astrario de Dondi. Con ellos ilustramos la entrada.
Para exponer los sentimientos hemos necesitado un escrito algo más largo. La maldición de Sísifo parece haberse arraigado en la Península Ibérica: hay que volver a empezar una y otra vez.
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